Comunicar la muerte de un ser querido a nuestros niños y niñas puede ser algo difícil y complicado. La pérdida de un ser querido ya es un escenario complejo para cualquiera; los sentimientos negativos que experimentamos como adultos, sumados a los arreglos que debemos hacer por la pérdida, podrían contribuir a que evitemos tocar el tema con nuestros pequeños. Naturalmente, nos gustaría evitar generar en ellos emociones y pensamientos negativos con la noticia, sin embargo, es necesario que lo incluyamos y los mantengamos al tanto de lo que ocurre y ocurrirá en su entorno cercano, pues esto nos permitirá ayudarles a prepararse en el proceso de duelo y acompañarlos en él. Además, facilitará el desarrollo de habilidades que les permitan afrontar situaciones emocionalmente complejas y frustrantes a las que sin duda se enfrentarán a lo largo de la vida. 

El duelo es un proceso natural y necesario que poco a poco nos permitirá aceptar la pérdida y adaptarnos a ella. Su duración es variable pero no se da sólo en un momento, sino que se lleva a cabo en diferentes etapas que conllevan diferentes necesidades. Cada persona puede vivir un proceso de duelo diferente al de los demás y específicamente en la infancia, las reacciones que se presenten también pueden ser diferentes a las de los adultos, especialmente dependiendo de la edad y etapa de desarrollo en que se encuentren. Ante la noticia, las reacciones podrían tardar en aparecer e incluso no manifestarse en llanto, sorpresa, enojo o en otras reacciones esperables en los adultos. Además, es probable que para muchos sea la primera vez que pasan por una situación de pérdida y, por lo tanto, no cuenten con la experiencia y las herramientas para sobrellevarla. Es por esto que, como adultos responsables de su cuidado, cumplimos un rol clave para ayudarles y acompañarlos en estas situaciones.

En ese contexto, diferentes autores, instituciones y organizaciones han hecho diversas recomendaciones, así como algunos puntos a considerar para manejar la pérdida con los niños y niñas, para acompañarlos y ayudarles a pasar por este proceso de la manera más sana posible.

En primer lugar -y aunque pueda parecer obvio-, es importante que nos aseguremos de mantener cubiertas las necesidades básicas, tanto físicas como emocionales de los pequeños (sin olvidar las propias). Especialmente, bajo condiciones de confinamiento (como en las que hemos estado desde hace un tiempo debido a la pandemia), las emociones relacionadas con la pérdida podrían intensificarse, pues estas representan un impedimento para recibir el apoyo de nuestras redes de apoyo: desde las familiares hasta las comunitarias. El mantener las rutinas de los pequeños lo más estables posible o retomarlas poco a poco, facilitará que los pequeños mantengan una sensación de seguridad y continuidad en su vida cotidiana.

Decirles la verdad con cariño y comprensión, utilizando un lenguaje adecuado para su edad y etapa de desarrollo, facilitará que puedan comprender lo que les queremos comunicar. Para comunicarles la noticia, es importante hacerlo lo más pronto posible, en un lugar tranquilo y es preferible que lo haga una persona cercana al niño o niña y en quien tenga confianza (Ortiz, 2021). Podemos explicarles qué es la muerte y qué significa de manera clara y sincera, sin olvidar usar vocabulario que puedan comprender; evitar usar eufemismos o frases que puedan causar confusión en ellos o hacerlos pensar que el estado de la persona fallecida es temporal y que algún día podría regresar: “nos ha dejado”, “se ha ido”, “está descansando”. Por ejemplo, explicarle que alguien que muere ya no podrá volver a jugar, cocinar, llevarlos o ir por ellos a la escuela o cualquier otra actividad que realizaba antes, pero que podemos recordarlos y honrar su memoria mientras hacemos esas actividades. Tener claro las cosas que cambiarán y las que no, por ejemplo, al visitar su casa, la abuela ya no estará ni podrá hacernos comida rica, pero podemos hablar de ella y recordarla haciendo lo que a ella le gustaba comer o hacer. Además, permitir que pregunten y resolver sus dudas, ayudará a los pequeños a comprender poco a poco qué ha pasado, qué pasará y a manejar el miedo o angustia que puedan llegar a sentir.

Permitir que participen en los ritos funerarios, sin obligarlos, les brindará una oportunidad más para asimilar la muerte de la persona cercana, siempre explicándoles en qué consisten estos eventos con el lenguaje más adecuado posible y manteniendo siempre abierto el canal de comunicación para que puedan preguntar si quisieran hacerlo. Debemos considerar no entregarles toda la información de una vez, pues es normal que al principio no logren comprenderlo todo y que requieran más tiempo para digerir lo ocurrido.

Además, para ayudarles a comprender lo que ocurre con ellos y con las personas a su alrededor en el proceso de duelo, podemos expresarles lo que sentimos y permitir y ayudarles a que se expresen. Hay que recordar que no es malo que nos vean tristes y/o llorando y que incluso podemos llegar a sentir enojo, pena, confusión u otras emociones; es importante no excluirlos ni ocultarles nuestros sentimientos y emociones, ya que de esta manera les serviremos de ejemplo y sabrán que está bien tenerlos y querer expresarlos (UNICEF, 2020).

Una forma de ayudarles a expresar lo que sienten y piensan, es mediante actividades que realizan normalmente. Un ejemplo puede ser dibujar lo que sienten o escribir con ellos una carta de despedida. Incluso, de manera espontánea podrían jugar a escenificar lo que han vivido utilizando muñecos o representándolo ellos mismos. En este punto es importante no asustarnos y supervisar el juego por si hubiera alguna confusión, también nos permitirá observar un poco de lo que han procesado y si es que necesitan ayuda para continuar haciéndolo. Lo más importante, es abrir y mantener el canal de comunicación para que tengan la certeza de que pueden acercarse y preguntar sus dudas o expresar lo que sienten y, sobre todo, hacerles sentir que son importantes (UNICEF, 2020). Evidentemente hay mucha más información sobre este tema y muchas recomendaciones diferentes que por temas de espacio no podemos abordar aquí. Además, la pandemia por Covid-19 ha representado algunos impedimentos mayores que complican el proceso de afrontamiento ante una pérdida, por lo cual a continuación, compartimos algunos materiales que podrían servir de apoyo en este proceso:

  • ¿Cómo apoyar a los niños, niñas y adolescentes ante la muerte de un ser querido por Coronavirus (Covid-19)?

https://www.crececontigo.gob.cl/wp-content/uploads/2020/05/Co%CC%81mo-apoyar-a-nin%CC%83os-nin%CC%83as-y-adolescentes-ante-la-muerte-de-un-ser-querido-por-Coronavirus-COVID-19.pdf

  • Recomendaciones y guías de acompañamiento frente a duelos por Covid-19

http://www.psicologia.uc.cl/wp-content/uploads/2020/05/20200518_GUIAS-DE-ACOMPAN%CC%83AMIENTO-Y-DUELO-COVID-2.pdf

  • Cómo pueden los progenitores ayudar a sus hijos a sobrellevar las pérdidas que ocasiona la COVID-19

https://www.unicef.org/es/coronavirus/como-pueden-progenitores-ayudar-hijos-sobrellevar-perdidas-por-COVID19

Referencias

Ortiz Villalobos, A. (2021). Duelo en infancia y adolescencia y en tiempos de COVID-19. Revista De Psiquiatría Infanto-Juvenil, 38(1), 3-10. https://doi.org/10.31766/revpsij.v38n1a2

UNICEF. (2020, 31 de Agosto). La partida de un ser querido es una pérdida afectiva importante e irreemplazable. https://www.unicef.org/chile/historias/la-partida-de-un-ser-querido-es-una-p%C3%A9rdida-afectiva-importante-e-irremplazable

 

Psic. Tania Valdés González, Licenciatura en Psicología. Universidad Nacional Autónoma de México. Candidata a Doctor en Ciencias del Desarrollo y Psicopatología (UDD-Chile) Áreas de investigación: Desarrollo del Lenguaje Infantil