La curiosidad es el motor de la creatividad y nos permite generar nuevas posibilidades y descubrimientos. En un mundo incierto, donde son más las preguntas que certezas, es fundamental desarrollar habilidades que nos permitan pensar y buscar respuestas para nuestro bienestar.  

¿Cómo será la educación en el siglo 21? Fue la pregunta que se hizo el artista europeo Jean-Marc Coté en el año 1899, quien imaginó y plasmó su visión de la formación del mañana a través de una ilustración. En esta obra, la sala de clases del año 2000 se expone como un lugar cerrado donde las y los estudiantes llevan una especie de cascos en sus cabezas: mediante cables conectados a estos particulares sombreros, el profesor, un hombre de edad rodeado de libros, les transfiere su conocimiento. En esta imagen se puede apreciar que entre los niños no existe interacción, se muestran como seres pasivos y están sentados uno detrás del otro.

Con esta imagen Daniel Wilson, académico, conferencista e investigador del área de educación de la Universidad de Harvard, inicias sus charlas respecto a innovación y aprendizaje. “Lo que es intensamente perturbador es que más allá de la caricatura, en muchos establecimientos educacionales existe la idea de que la educación es algo que efectivamente implica tener a un docente dictando materia mientras los alumnos toman nota sin interactuar con él o con otros/as. Y de las ideas surgen las prácticas”, enfatizó el especialista en educación.

Para Wilson uno de los desafíos más relevantes del mundo es cómo podemos reactivar las ideas básicas de enseñanza y aprendizaje en los colegios, para fomentar la curiosidad y creatividad de cada ser humano. Por mucho tiempo, ha prevalecido el paradigma que dar lección es sólo transmitir conocimientos, “pero la realidad es que hoy sabemos que enseñanza es un proceso más social, más activo y de transformación”, dijo el académico de Harvard,  “La idea es plantear cómo actualizamos este proceso de educación en los colegios con los modelos que conocemos y que son reales, demostrables”. 

La curiosidad para los niños y niñas son el primer paso para la formación. Desde que nacen, empiezan a sentir interés por todo lo que los rodea.  El recuento histórico de la investigación sobre esta fortaleza humana tiene sus inicios en Daniel Berlyne, psicólogo e investigador, quien ha sido tildado como el “padre de la curiosidad”. Él concibe la curiosidad como una energía, un estado motivacional persistente que lleva al comportamiento exploratorio (Berlyne, 1960; Berlyne 1978). Desde esta visión, ¿cómo podemos sacar el máximo partido a la curiosidad de los niños y niñas?  

Ni mucho ni poco 

Según el estudio realizado por la Universidad de Rutgers-New Brunswick, y que aparece publicado en la revista Psychological Science, enfatiza que los niños y niñas en edad preescolar tienen más estimulación para seguir aprendiendo si tienen la bastante información sobre un tema como para encontrarlo interesante, pero no tanta como para que lo observen como tedioso. Esto genera la mezcla ideal de incertidumbre y curiosidad en los estudiantes, afirman los autores e investigadores de este estudio. 

De esta manera, la investigación se concentró en saber cómo el nivel de conocimiento que tienen los niños/as contribuye a la forma de hallar atractiva una información. Los efectos de esta iniciativa arrojan que los alumnos no se sienten cautivados por los contenidos puramente por su novedad. 

Para llegar a esta conclusión los autores midieron cuánto sabían los niños y niñas de 3 a 5 años sobre diferentes “dominios de conocimiento”, ocupando libros de cuentos físicos y en línea diseñados por los investigadores. La iniciativa también evaluó su capacidad para percibir un tema específico, con el fin de determinar cómo su conocimiento influía en su interés en aprender más sobre una cuestión determinada. Los niños y niñas que poseían un conocimiento medio presentaron más interés en aprender sobre un tema que los que sabían mucho o poco del mismo. “En el mundo existe una cantidad infinita de información, sin embargo, a pesar de que aprenden mucho en poco tiempo, los niños parecen que aprenden feliz y de forma eficiente”, explicó Jeeny Wang, líder de esta investigación. 

child draws with chalk on the pavement. Selective focus. nature.

La vida creativa y el bienestar 

Cuando dices que no eres creativo o creativa, perpetuas inadvertidamente un mito. Es cierto que un acto de creatividad puede ser una grandiosa y colorida obra de arte o generar una solución local para enfrentar el calentamiento global, sin embargo, una idea no solo requiere ser artística o cambiar el mundo para contar como creativa. La vida que, finalmente transcurre en el día a día, necesita de pequeños actos ingeniosos, novedosos y que demandan curiosidad para enfrentar múltiples situaciones. Por tanto, todo el mundo posee cierta creatividad.  

En esta misma línea, según Dra.  Ruth Richards, psicóloga educativa y psiquiatra, señala que la creatividad cotidiana es fundamental para nuestra propia supervivencia. Con ella, nos adaptamos de manera flexible, improvisamos, probamos diferentes opciones, ya sea que estemos criando a un hijo/a, asesorando a un amigo, pintando nuestra casa o planeando un evento de recaudación de fondos . Según esta autora la creatividad puede ayudarnos a vivir “en el momento”, refinar nuestra visión de la naturaleza humana a nivel individual y social, encontrar un significado espiritual y, en última instancia, cambiar nuestros paradigmas para la supervivencia y el florecimiento en un mundo plagado de desafíos urgentes. 

El lazo profundo entre creatividad y significado fue puesto en valor por mucho tiempo por el filósofo y psicólogo estadounidense Frank Barron . Es así como mediante estudios pioneros sobre la temática concluye que las personas creativas tienen la capacidad de intimar con ellos mismos. “Se atreven a mirar hacia adentro, incluso al material irracional y menos consciente, incluidos los materiales ‘sombra’ de uno”, dijo Ruth Richards. 

La curiosidad y la creatividad deberían ser valores fundamentales para la educación actual, entre cuyas tareas está formar a niños, niñas y jóvenes que se enfrentan a un mundo incierto, y que necesitan de creatividad diaria como una forma de cultivar el funcionamiento psicológico positivo. Los problemas pueden tener más de una solución y las preguntas pueden llevar a más de una respuesta. 

Fuentes: