La ciencia que revela cómo sanar y cambiar la historia familiar.

El Maltrato Infantil: Una Realidad Latente

 En los últimos años, hemos avanzado en reconocer el derecho de niños y niñas a una crianza libre de violencia. Chile ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño hace más de tres décadas, comprometiéndose a proteger a la infancia de todo tipo de maltrato. Sin embargo, los datos siguen siendo preocupantes.

A nivel mundial, 3 de cada 4 adultos declaran haber vivido al menos una experiencia adversa en su vida (Benjet et al., 2016), y más de 300 millones de niños son criados con castigos físicos o psicológicos severos (OMS, 2020). En Chile, el 68% de adultos declara haber vivido al menos una experiencia adversa antes de los 18 años (CUIDA, 2022) y un 62,5% de los cuidadores reconocen haber recurrido a métodos violentos como estrategia de crianza (ELPI, 2017).

¿Cómo podemos comprender la continuidad del maltrato hacia la infancia? Una de las respuestas puede venir del fenómeno conocido como transmisión intergeneracional del maltrato infantil: cuando quienes fueron dañados en su infancia reproducen patrones similares con sus propios hijos.

Cómo el Pasado Moldea la Crianza

Diversas disciplinas han intentado responder por qué el maltrato se transmite entre generaciones. Y aunque los mecanismos son complejos y multifactoriales, existen algunas explicaciones centrales que ayudan a entender este fenómeno (Alink et al., 2019):

La teoría del aprendizaje social plantea que las personas tienden a imitar los estilos parentales que conocieron durante su infancia, incluso cuando estos fueron dañinos. Por otro lado, investigaciones sobre el procesamiento de la informaciónsocial han encontrado que quienes vivieron situaciones de maltrato tienden a interpretar de forma más negativa las conductas de sus hijos.

De igual forma, la teoría del apego sugiere que los vínculos tempranos pueden influir en la forma en que una persona se relaciona afectivamente como adulto, incluyendo su rol como cuidador. También hay estudios que han explorado las huellas del maltrato en la biología del estrés, como alteraciones en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal o el sistema nervioso autónomo, que pueden influir en las respuestas emocionales y conductuales en la crianza.

Aunque algunos modelos incluso han indagado en factores genéticos, la mayoría de las investigaciones apuntan a que el entorno, las experiencias tempranas y los recursos de apoyo disponibles son clave para explicar, y transformar, estos patrones de crianza.

Interrumpiendo el Ciclo del Maltrato: Historias Interpersonales que Ayudan a Sanar

La buena noticia es que haber vivido maltrato infantil no te condena a repetirlo. Muchas personas logran romper este patrón y ofrecer una crianza amorosa y diferente a la que recibieron (Berzenski et al., 2014)

Contar con una relación de apoyo es uno de los factores más estudiados que ha demostrado ser efectivo para interrumpir el ciclo del maltrato. Los adultos que informan experiencias infantiles positivas, que implicaron apoyo y seguridad, pueden tener un funcionamiento resiliente en la crianza frente a las experiencias de maltrato infantil.

Una propuesta interesante es la figura de los llamados Ángeles de la Infancia”, descrita por Narayan y sus colegas (2019). Se trata de recuerdos de experiencias amorosas con algún cuidador que pueden funcionar como una especie de guía emocional. Son momentos que pueden convertirse en brújulas internas al momento de criar, inspirando formas de cuidado más sensibles y empáticas.

Asimismo, las Relaciones Seguras, Estables y Nutritivas no solo entre padres e hijos, sino también con otros adultos significativos (ej., relaciones de parejas), pueden tener un poderoso efecto protector. Estas relaciones disminuyen el riesgo de repetir una crianza maltratante, y aumentan las oportunidades de desarrollar vínculos más saludables (Schofield et al., 2013)

Por eso, el día de hoy no basta solo con conocer las experiencias de dolor en la crianza de los cuidadores. También es fundamental indagar en sus experiencias positivas de afecto, apoyo y contención. Rescatar esas vivencias pueden ser una de las claves para sanar y criar diferente.

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Por Dr. (c) Mauricio Espinoza. Para más información, proyectos o ideas sobre esta nota escribir a: mespinozab@udd.cl

 

Referencias Bibliográficas:

Alink, L. R., Cyr, C., & Madigan, S. (2019). The effect of maltreatment experiences on maltreating and dysfunctional parenting: A search for mechanisms. Development and Psychopathology, 31(1), 1-7.

Benjet, C., Bromet, E., Karam, E. G., Kessler, R. C., McLaughlin, K. A., Ruscio, A. M., … & Koenen, K. C. (2016). The epidemiology of traumatic event exposure worldwide: results from the World Mental Health Survey Consortium. Psychological medicine, 46(2), 327-343. https://doi.org/10.1017/S0033291715001981

CUIDA. (2022). Resultados Primera Encuesta Nacional de Adversidad y Abuso Sexual (Encuesta Nacional). Pontificie Universidad Católica de Chile. Chile. https:/ www.paralaconfianza.org/wp-content/uploads/2022/10/Resultados-Primera-Encuesta-ACEs-Centro-CUIDA.pdf

ELPI. (2017). Centro UC Encuestas y Estudios Longitudinales. Pontificie Universidad Católica de Chile. Chile. http://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/elpi-tercera-ronda

Narayan, A. J., Ippen, C. G., Harris, W. W., & Lieberman, A. F. (2019). Protective factors that buffer against the intergenerational transmission of trauma from mothers to young children: A replication study of angels in the nursery. Development and Psychopathology, 31(1), 173–187. doi:10.1017/s0954579418001530

OMS. (2020). Global status report on preventing violence against children 2020. World Health Organization. https://www.who.int/publications/i/item/9789240004191

Schofield, T. J., Lee, R. D., & Merrick, M. T. (2013). Safe, stable, nurturing relationships as a moderator of intergenerational continuity of child maltreatment: A meta-analysis. Journal of Adolescent Health, 53(4), S32-S38.