¿Por qué nos sentimos con un agotamiento emocional y mental? ¿Cuáles son las estrategias que podemos utilizar para fomentar el bienestar? 

Indudablemente, dos años de pandemia pasan una factura, porque además de afectar directamente la salud de millones de personas en el mundo, la actual crisis sanitaria ha tenido muchas repercusiones en otras áreas, como en el tratamiento de otras enfermedades, la educación y, especialmente, el estado emocional. 

Desafortunadamente, es probable que con la aparición de la nueva variante Ómicron los problemas de salud mental se agraven aún más a medida que iniciamos el 2022. En varios estudios se ha observado que durante este periodo de crisis sanitaria ha habido un empeoramiento de la depresión, la ansiedad y los síntomas obsesivos y compulsivos, así como los síntomas del trastorno de estrés postraumático como subproducto de los factores estresantes relacionados con la pandemia (Jain et al., 2021). 

El término burnout proviene del anglosajón y básicamente significa “quemado” o “desgastado”, en otras palabras, es cuando llegas a tu límite mental, físico y emocional causado por un estrés excesivo y prolongado. Algunos signos de agotamiento incluyen sentirse abrumado, emocionalmente agotado, sin energía, vacío y desmotivado e incapaz de satisfacer sus demandas diarias. El primero en referirse al concepto burnout fue Graham Greens en el año 1961 en una de sus divulgaciones, y luego en 1974 el psiquiatra Herbert Freudenberger lo conceptualizó en base a observaciones generadas a sus pares de trabajo, quienes manifestaban la sintomatología propia del síndrome. 

Hoy, el concepto burnout se propagó por todos los rincones del mundo producto la pandemia. Sin embargo, cuando se trata de un evento sostenido, puede ser abrumador, especialmente en una crisis sanitaria, donde hay un alto nivel de estrés que se prolonga durante un período de tiempo sin respiro u oportunidades para llevar a cabo las actividades de una vida normal. 

“Después de desastres naturales y provocados por el hombre”, dijo Thea Gallagher, psicóloga clínica y profesora asistente en N.Y.U. Langone Health, “el estrés agudo a menudo conduce al agotamiento y la desesperanza con el tiempo”. A modo de ejemplificar está el caso de Australia, que ha experimentado una serie de acontecimientos relacionados a la crisis ambiental, en este escenario un estudio identificó una percepción popular de “fatiga del problema”. Esta iniciativa encuestó a muestras nacionales recolectadas en 2011 (n = 1927) y 2016 (n = 2503), concluyendo que las personas eran menos propensas a informarse respecto al cambio climático, tomar medidas o hablar sobre este fenómeno con su red cercana en 2016 en comparación al primer año de estudio (Morrison, Parton & Wine; 2018).

Por otro lado, la pandemia disparó el uso de las redes sociales, repositorios digitales que han servido de desahogo para millones de usuarios que las han utilizado para compartir sus inquietudes, preocupaciones y malestar ante una situación tan dramática e incierta. Basándose en esta idea, un estudio llevado a cabo la provincia de Hubei en China, el epicentro esta crisis sanitaria, buscó examinar cómo el agotamiento emocional relacionado con la pandemia pone en práctica estrategias de regulación emocional intrapersonal, interpersonal e hiperpersonal y luego evalúa la efectividad de estas tácticas (Shao, Shi & Zhang; 2021).  La metodología utilizada fue un panel en línea conformada por 538 usuarios chinos y la recopilación de datos de la encuesta duró 12 días, del 7 al 18 de febrero de 2020, dos semanas después de que la provincia de Hubei fuera puesta en cuarentena. 

El estudio concluye que la regulación a nivel intrapersonal (por ejemplo, reevaluación cognitiva, atención plena y bondad personal) pueden generar un efecto amortiguador sobre el agotamiento emocional y promover la reevaluación de los individuos hacia la situación estresante. Sin embargo, la regulación a nivel hiperpersonal –comunicación mediada por la computadora—puede exacerbar las emociones negativas experimentadas e impedir la reevaluación de la situación pandémica. Se especula que retuitear contenido que contenga estrés y ansiedad relacionados con la pandemia puede causar un contagio de emociones digitales. 

En este sentido, ¿qué es el agotamiento por preocupación? Las emociones nos sirven para aprender el cómo nos relacionamos con nosotros mismos,  los demás y el contexto. En simples palabras, tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Ejemplo de ello: el miedo es una respuesta innata ante una potencial amenaza y la ansiedad puede ser una alarma que indica a la persona que algo no está bien en su vida y necesita cambiarlo. “Pero en esta etapa de la pandemia”, Jeffrey Cohen, psicólogo clínico y profesor de psiquiatría en Columbia, “Hemos lidiado con la amenaza constante de Covid-19 durante tanto tiempo que ya no confiamos en nuestros cerebros cuando nos dicen que estamos bajo ataque, convirtiéndose en la siguiente pregunta: ¿esto es una alarma real”.

Cuando experimentamos agotamiento emocional, iniciamos procesos de regulación para manejar los sentimientos generados por los factores estresantes y hacer frente a la situación (Lazarus & Folkman; 1984). Dicho de otra forma, el agotamiento nos empuja a alejarnos de la preocupación: convirtiéndose en una aceptación radical a la nueva realidad. En este escenario, las y los expertos señalan que esta reacción es un mecanismo de afrontamiento para proteger el estrés adicional. No obstante,  en este escenario dejamos de preocuparnos por las medidas que podrían hacer retroceder el virus. 

Frente a al agotamiento por precauciones, la mejor respuesta, según los expertos, es volver a “autocuidarnos”, reflexionar y centrar las energías en el tiempo de descanso, bajar el nivel de expectativas, aprender a marcar límites, organizar el tiempo y realizar deporte y actividades con la familia y amigos/as. “Si todavía vuelves a preocuparte, lo mejor que puedes hacer”, dijo Dr. Srijan Sen,  director del Centro de Depresión Familiar y Frances y Kenneth Eisenberg de la Universidad de Michigan, “es tratar de cortar el ciclo lo antes posible y buscar actividades y rutinas que te ayuden a relajarte”.