Afrontar el embarazo y también el postparto en plena crisis sanitaria del Coronavirus ha provocado el aumento de estrés y ansiedad de las madres. ¿Qué consecuencias puede generar esto? ¿Cuáles son las recomendaciones para abordar de mejor manera esta situación? 

Cuando una mujer está embarazada son muchas las inquietudes que pueden aparecer durante esta etapa tan importante de su vida. ¿Cuándo voy a sentir a mi bebé? ¿Qué deportes puedo realizar? ¿Cuándo debo ir a urgencias? En esta época de perplejidad que enfrenta el mundo entero debido a la pandemia del Covid-19, los temores y las inquietudes han aumentado de forma acelerada. 

Históricamente estudios relacionados con catástrofes naturales, como terremotos, guerras y hambrunas, coinciden que el estrés al que están expuestas las mujeres embarazadas generan secuelas en la salud de ellas y de sus hijos/as. Ejemplo de ello, es la investigación realizada en “Invierno del hambre en Holanda”, periodo que se conoce como la única hambruna extendida en los países bajos durante los inviernos de 1944-1945, cerca del final de la Segunda Guerra Mundial; caso que fue objetivo de estudio para Zena Stein y Mervyn Susser, ambos epidemiólogos, sobre cómo la nutrición prenatal afecta en el desarrollo de los países en desarrollo, concluyendo que los niños y niñas que habían sido afectados por la hambruna en el periodo de gestación tenían predisposición levemente mayor a la obesidad al alcanzar la edad adulta.

Sin duda, hoy frente a la actual pandemia COVID-19 nos hemos visto expuestos al miedo al contagio, la incertidumbre en el ámbito económico,  los efectos del confinamiento y cambios en la rutina, entre tantas otras situaciones exigencias y desafiantes. No obstante, velar por la salud de los grupos más vulnerables, como los adultos mayores las gestantes, las familias con hijos/as pequeños, sigue siendo una prioridad. Ante esto, han salido nuevas investigaciones que han puesto la lupa en cómo el estrés ha afectado a las embarazadas, como el liderado por Rafael Caparrós González, investigador de la Universidad de Granada (UGR) y responsable del proyecto ‘Impacto Psicológico y Social de la Pandemia COVID-19 en el Embarazo, Transmisión Vertical del SARS-CoV-2, Desarrollo Fetal y Salud Infantil: GESTACOVID’, quien señala que es importante declarar que, por un lado, están los efectos directos en la salud que podría causar el contagio con el virus, pero por otro están las consecuencias indirectas que pueden sufrir las embarazadas por estar expuestas a esta situación de incertidumbre. 

En concreto, “el estrés afecta de forma indirecta en las mujeres embarazadas que puede ser visualizado desde una perspectiva multinivel. A nivel fisiológico existe una secreción de cortisol, la denominada hormona del estrés”, dice María Jesús Ihnen, Psicóloga y Coordinadora General de Sociedad Chilena para el Desarrollo Emocional, “Esta hormona es adaptativa en periodos determinados de tiempo, pero ante una situación de exposición crónica como la pandemia se observan efectos tanto para la salud física y mental de la madre, como en el desarrollo fetal de los bebés. Ahí es donde podemos observar factores contextuales como la pandemia, interactúan con los factores individuales de la madre, en conjunto con los fisiológicos llevando a complicaciones en el embarazo como bebés prematuros, hipertensión, diabetes, entre otros.” 

Así lo confirma un estudio liderado por Berthelot et al., en Quebec (Canadá), que reunió a dos grupos de embarazada; el primero en centros de maternidad antes del inicio de la crisis sanitaria, entre abril de 2018 y marzo de 2020, (n=496) y el otro online durante la pandemia, en abril de 2020 (n=1.258). En ambas cohortes se evaluó la presencia de estrés y sintomatología psiquiátrica en general. ¿Los resultados? Se pudo analizar que el 10,9% de las embarazadas del grupo que había sido reclutado durante la pandemia presentaba sintomatología ansiosa y depresiva clínicamente significativa frente al 6% de las mujeres del grupo previo a la pandemia. Además, en las gestantes con antecedentes de enfermedad mental antes de la pandemia el riesgo de desarrollar síntomas ansiosos y depresivos era mayor.

¿Estas circunstancias de estrés cómo afectan al bebé? Hay que entender que todos los marcadores biológicos asociados al estrés -como cortisol y norepinefrina- son mediados a través del sistema hipotalámico-pituitario-adrenal de la madre, y estos a su vez son transmitidos a los fetos a través de la barrera placentaria. “Ante altos niveles, y crónicos de exposición de la madre al estrés, el feto se encuentra más expuesto a estas hormonas, las cuales son sensibles al desarrollo fetal”, dice María Jesús, “esto se aplica a situaciones contextuales como la pandemia COVID-19, la cual tiene efectos en las madres embarazadas asociadas al temor a la enfermedad, sensación de soledad debido a la baja interacción social y contacto con redes de apoyo, y además la incertidumbre que genera el contexto de la pandemia”. Por otra parte, hay estudios que reportan que medidas como el aislamiento y la cuarentena tienen un efecto aún mayor en la salud mental de las personas (Huarcaya, 2020).

Frente a esta compleja situación, tanto el profesor Rafael Caparrós González como sus colegas, Fiona Alderdice -investigadora de la Universidad de Oxford- y Miguel Ángel Luque Fernández -docente de la London School of Hygiene and Tropical Medicine- destacan la importancia de cuidar la salud mental en estos momentos. Su proposición apunta, a que,  las embarazadas además de los controles habituales para cuidar la salud física y médica, tengan la oportunidad de una apropiada evaluación mental para restar las inseguridades psicológicas a las que están expuestas en esta época de pandemia. 

Igualmente, María Jesús enfatiza que uno de los principales factores protectores reportados en diversos estudios tiene relación con la capacidad de las mujeres embarazadas de establecer redes de apoyo, aun así, sea con los resguardos necesarios, como realizarlos en un formato diferido u online en las cuales puedan sentirse apoyadas y contenidas. “Otra recomendación puede establecerse en la línea del estrés asociado a la planificación del embarazo y nacimiento, donde dado el contexto de incertidumbre, se recomiendan estrategias de flexibilidad ante el cambio de los planes, es decir, que las mamás puedan ver la posibilidad de cambio de los planes presupuestados”, concluye la psicóloga. Finalmente, es importante destacar que ante situaciones sostenidas de estrés siempre es necesario consultar con profesionales para que puedan apoyar la salud mental y establecer programas de prevención con las mujeres embarazadas.