Hace pocos días murió Humberto Maturana, quien nos dejó una herencia inconmensurable en diversos campos del saber. En la década de los 70 revolucionó a la ciencia con su concepto de autopoiesis, luego, cautivó a los más tradicionales con su objetividad entre paréntesis, y más tarde, nos sorprendió con su argumento que los seres humanos somos seres emocionales. 

El 06 de mayo se informó la muerte Dr. Humberto Maturana a sus 92 años, reconocido científico,  escritor, filosofo y Premio Nacional de Ciencias en 1994.  Sin duda, nos faltarían hojas para enumerar su tremendo legado puesto que con sus innumerables investigaciones aportó -como un abrelatas – en romper y generar nuevos paradigmas en las ciencias naturales, desarrollo humano, neurociencia, sociología, tecnología, literatura y filosofía. Además, es reconocido por sus reflexiones sobre infancia, educación, las emociones y el futuro de la humanidad. Por ende, se nos fue una de las personas más íntegras y pioneras a nivel mundial, aunque su legado seguirá vivo en las manos y mentes de cientos de profesionales y científicos por varias décadas más. 

Vamos por parte. 

¿Qué es la vida?

Maturana es reconocido a nivel mundial por generar por primera vez una definición del fenómeno de la vida. En la década de 1970 en colaboración con su estudiante Dr. Francisco Varela, generaron el concepto “autopoiesis”. Para comprender a cabalidad este pensamiento y concepto, debemos considerar a todo organismo vivo como un sistema dinámico, es decir, una suma de elementos vinculados, relacionados entre sí, y que pueden variar sus relaciones en el tiempo. Por ende, un sistema autopoiético es aquél que se reproduce, crea y repara sus propios elementos. 

Por lo mismo, para estos biólogos se trata de una capacidad básica de todos los seres vivos, debido a que no existir autopoiesis, es decir, al no tener la capacidad de limpiar las toxinas, renovar las células, etc., el ser vivo muere. Esta teoría fue una revolución en varias disciplinas como la cibernética, psicología, entre otros.

Las emociones como el fundamento de todo hacer

El biólogo explicó en reiteradas veces que todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, son seres emocionales, los cuales pasan a ser racionales con la llegada del lenguaje. “Con el lenguaje aparece lo racional, tiene que ver con las coherencias del discurso”, señaló Maturana en una entrevista en Radio Cooperativa (2017), “quizás los seres humanos somos los únicos seres racionales, pero tiene un sustento emocional”.

Es así como él desde la biología, vinculó el lenguaje con las emociones, el amor y la cultura. Nos señala que toda acción del ser humano se da dentro del marco del lenguaje, por ende, si no hay lenguaje, no hay quehacer humano. Y paralelamente, las personas realizamos todo desde la emoción, por tanto, todos nuestras acciones y movimientos es producto del encuentro entre el lenguaje y la emoción. Además, explicó que el lenguaje nace desde la aprobación del otro/a, por consiguiente: desde el amor. 

Para Maturana la definición de amor es clave para la evolución humana: “Cuando hablo de amor no hablo de un sentimiento ni hablo de bondad o sugiriendo generosidad. Cuando hablo de amor hablo de un fenómeno biológico, hablo de la emoción que especifica el dominio de acciones en las cuales los sistemas vivientes coordinan sus acciones de un modo que trae como consecuencia la aceptación mutua, y yo sostengo que tal operación constituye los fenómenos sociales”.

Es así como para este científico el lenguaje se constituye cuando se incorpora a nuestra vida como modo de vivir, este es un ir de coordinaciones conductuales que surgen en la convivencia como resultado de ella. “Creo que uno de los grandes legados que nos dejó Humberto Maturana fue la manera de mirar la realidad”, dice Dra. Ps. Daniela Aldoney, Directora de Vinculación de Sociedad Chilena para el Desarrollo Emocional, “A pesar que este tema ya se estaba viendo por los constructivistas, él mediante, por ejemplo: el concepto del Multiuniverso, el experimento de la salamandra y de la experiencia humana Individual, entre otros, nos permitió comprender que el llegar acuerdos, el hacer sociedad está relacionado a crear realidades por medio del lenguaje”  

 La objetividad entre paréntesis

Históricamente, la objetividad en la ciencia ha estado vinculada a la oportunidad de establecer los efectos de los sucesos. De este modo, el determinismo y el reduccionismo han sido históricamente baluartes inevitables de las llamadas ciencias duras y estas posiciones epistemológicas han sido extrapoladas a las ciencias humanas y sociales, sin embargo, es muy difícil generar una objetividad pura en estas ciencias, debido al carácter inconmensurable de los procesos humanos y de la sociedad. Desde esa premisa, Humberto Maturana crea la expresión “Objetividad entre paréntesis” para referirse al papel de la objetividad en los criterios de validación de las definiciones científicas, por lo mismo, para él debería ser puesta “entre paréntesis” puesto que el entendimiento es una creación del lenguaje con el propósito de atraer una realidad autónoma del observador. Este concepto tradicional de la objetividad lo denominaría como objetividad trascendental. 

Un legado vivo y que aún está por llegar en las ciencias de la psicología 

¿Maturana fue un vanguardista en las ciencias de la psicología? “En mi opinión él no fue un adelantando en psicología -sus conocimientos en esta área eran generales- pero sí como científico introdujo conceptos y puntos de vista en epistemología que fueron un aporte inconmensurable para muchas disciplinas y en especial a la psicología”, dice Dr. Ps. Jaime Silva, Director Académico de Sociedad Chilena para el Desarrollo Emocional.

De esta forma, Humberto Maturana pavimentó un camino vital que ha sido recorrido por muchos psicólogos y psicólogas hacia la neurociencia, las ciencias biológicas y de la complejidad. “Creo que el legado más importante de Maturana para las ciencias psicológicas, está aún por llegar”, dice Jaime Silva, “Puesto, que fue uno de los pioneros en proponer el concepto de “clausura operacional del sistema nervioso”, cuyas consecuencias científicas aún no pueden ser asimiladas ni abordadas por las teorías prevalentes del funcionamiento de la mente. (…) Aún no logran transformarse en un modelo comprensivo de la mente y mucho menos ser parte de una explicativa del fenómeno subjetivo más relevante de todos: la consciencia humana”. 

Sociedad Chilena para el Desarrollo Emocional y todo su equipo, expresan sus condolencias a compañeros, amigos, amigas y familiares. Como científicos/as y clínicas/os seguiremos contribuyendo con excelencia en la investigación y formación de profesionales que aporten en la compresión de la condición humana, emociones y la mente.