Durante décadas, el estudio de la resiliencia ha sido fundamental en la comprensión del desarrollo humano en contextos de adversidad. Este campo de investigación ha demostrado que muchas personas pueden mantener o recuperar su bienestar a pesar de haber enfrentado circunstancias difíciles. Además, es innegable que este concepto ha impulsado avances significativos en diversos ámbitos, desde la psicología hasta la educación y las políticas públicas, contribuyendo al desarrollo de estrategias que fortalecen recursos individuales y comunitarios.

En este contexto, la ciencia de la resiliencia ha planteado dos preguntas fundamentales: ¿Qué se requiere para prosperar en contextos adversos?, y ¿Cómo podemos promover las fortalezas que llevan a la resiliencia? La investigación ha identificado factores clave que favorecen la resiliencia (Masten, 2014). Entre ellos, destacan los factores individuales, como la resolución de problemas, optimismo, autocontrol; los factores relacionales, como la calidad de la crianza y el apoyo de amistades y parejas cercanas; y factores sociales, como escuelas y comunidades que brinden recursos y protección. 

Comprender estos factores protectores ha sido esencial para el diseño de intervenciones dirigidas a compensar las debilidades o superar las consecuencias negativas de la adversidad. Sin embargo, algunas críticas recientes señalan que estas estrategias suelen centrarse en que las personas criadas en entornos adversos se ajusten a estándares propios de contextos más seguros. Este enfoque podría pasar por alto las habilidades que niños y jóvenes desarrollan en respuesta a entornos de alta adversidad (Ellis et al., 2017). Por tanto, esta perspectiva abre la puerta a enfoques complementarios que reconozcan y promuevan el uso de estas capacidades especializadas frente a entornos estresantes.

Más allá de los Factores Protectores: El Modelo de Talentos Ocultos. 

El modelo de talentos ocultos (Ellis et al., 2020; Ellis et al., 2023) amplía la visión de la resiliencia tradicional al explorar las habilidades socio-cognitivas qué emergen en individuos criados en entornos de alto estrés. Este enfoque plantea preguntas como: ¿Qué habilidades desarrollan quienes han estado expuestos a la adversidad temprana?, y ¿En qué se destacan los jóvenes criados en contextos de riesgo? Desde esta perspectiva, se busca aprovechar estas habilidades adaptadas al estrés para mejorar el desempeño en entornos actuales ecológicamente relevantes. 

Tanto el enfoque tradicional de resiliencia como el modelo de talentos ocultos coinciden en ofrecer una visión optimista sobre cómo las personas enfrentan la adversidad. Ambos desafían narrativas dominantes basadas en el déficit, que suelen enfocarse exclusivamente en los riesgos para la salud y el bienestar. Sin embargo, mientras la ciencia de la resiliencia se centra en quienes logran prosperar “a pesar” de la adversidad, el modelo de talentos ocultos va más allá, poniendo el foco en las habilidades especializadas desarrolladas “debido a” la adversidad.

Paralelamente, los modelos de resiliencia se centran en individuos que muestran una adaptación positiva, acorde a estándares esperados y contextos socioculturales específicos. En cambio, el modelo de talentos ocultos reconoce que, aunque un individuo pueda tener un pobre desempeño en contextos normativos (ej., escuela), podría sobresalir en entornos desafiantes, como contextos familiares inestables o la economía informal. Un joven podría no destacar en tareas escolares convencionales, pero sí demostrar habilidades avanzadas en entornos alternativos. Un ejemplo de esto se observó en jóvenes vendedores ambulantes en Brasil, quienes, a pesar de mostrar dificultades para resolver problemas aritméticos en un formato escolar abstracto, resolvieron cálculos similares con rapidez y precisión en el comercio callejero (Schliemann y Carraher, 2002).

Hacia una Perspectiva Integradora: Aprovechando los Talentos Ocultos.

En lugar de solo intentar que individuos criados en contextos de alta adversidad actúen, piensen y sientan como aquellos provenientes de entornos seguros y bajo riesgo, es fundamental identificar y aprovechar los talentos ocultos desarrollados en respuesta a circunstancias de alto estrés temprano. 

A medida que la investigación avanza, se hace cada vez más evidente la necesidad de integrar estos modelos para lograr una visión más completa del desarrollo humano en contextos adversos. El modelo de talentos ocultos, como aproximación basada en las habilidades adaptadas al estrés, busca complementar los enfoques tradicionales de resiliencia. Esta perspectiva integradora podría brindar a los profesionales que trabajan con personas provenientes de contextos de riesgo herramientas para diseñar intervenciones más efectivas. En lugar de enfocarse exclusivamente en compensar o superar debilidades, los programas podrían potenciar los talentos ocultos, favoreciendo un mejor desempeño en las demandas propias de la vida cotidiana. 

 

Referencias bibliográficas: 

Ellis, B. J., Bianchi, J., Griskevicius, V., & Frankenhuis, W. E. (2017). Beyond Risk and Protective Factors: An Adaptation-Based Approach to Resilience. Perspectives on Psychological Science. https://doi.org/10.1177/1745691617693054 

Ellis, B.J., Abrams, L. S., Masten, A. S., Sternberg, R. J., Tottenham, N., & Frankenhuis, W. E. (2020). Hidden talents in harsh environments. Development and Psychopathology, 1–19. https://doi:10.1017/s0954579420000887 

Ellis, B., Abrams, L., Masten, A., Sternberg, R., Tottenham, N., & Frankenhuis, W. (2023). The Hidden Talents Framework: Implications for Science, Policy, and Practice (Elements in Applied Evolutionary Science). Cambridge: Cambridge University Press. doi:10.1017/978100935005 

Masten, A. S. (2014). Ordinary magic: Resilience in development. Guilford Press.

Schliemann A. D., Carraher D. W. (2002). The evolution of mathematical reasoning: Everyday versus idealized understandings. Developmental Review, 22, 242–266. https://doi.org/10.1006/drev.2002.0547