En una serie de entrevistas, el Director académico de la Sociedad Chilena de Desarrollo Emocional, Dr. Jaime Silva, ha estado informando en diversos medios nacionales el aumento sostenido de los desordenes alimentarios en la población.

A continuación transcribimos una entrevista realizada al Dr. Silva por el equipo de prensa de la SCDE, en la cual se discute esta temática.

¿Cuál es la situación actual de los desordenes alimentarios y su relación con la pandemia?

R: Desde mediados de año ya habíamos anunciado que los desordenes alimentarios tendrían una aumento sostenido debido a la situación sanitaria en el país (ver nota de mayo y nota de junio). Como sabemos las conductas alimentarias problemáticas, desde donde derivan los desordenes alimentarios, son formas y estrategias que algunas personas desarrollan para enfrentar el estrés, la adversidad y/o situaciones que resultan desafiantes. En este sentido, son mecanismos que tiene que ver con la regulación de emociones negativas y, por ende, eventos contextuales sostenidos (como el contexto de estallido social y su continuidad en la pandemia de COVID-19), pueden no solo activar estos mecanismos si no que también exacerbarlos. En una nota del diario El Mercurio en noviembre, diversos clínicos e investigadores convergemos en la observación del aumento de los desordenes alimentarios  y la verdad es que es un tema que probablemente seguirá en desarrollo.

¿Qué elementos tiene la pandemia en específico que podríamos conectar con los desordenes alimentarios?

R: La respuesta es simple, la solución no. Según nuestros propios estudios, la pandemia ha tenido un efecto en la esfera emocional bastante identificable (ver estudio). Sin lugar a dudas, la experiencia emocional negativa más extendida es la de incertidumbre (en especial la económica). Por este motivo no es dificil anticipar y comprender el fenómeno que esta detrás. Como sabemos las emociones que la incertidumbre activa con más intensidad son la ansiedad y la angustia. Estas emociones son la base fundamental de lo que llamamos “comer por estrés”, y en consecuencia, las personas que tienen esta sensibilidad experimentar con más intensidad la ansiedad, como la mayor parte de las personas que tienen desordenes alimentarios, tienden a padecer síntomas en estos períodos. Se trata de un mecanismo que ayuda a las personas a adaptarse al contexto estresante, una forma de enfrentar la adversidad o como se dice en términos técnicos, “un mecanismo de afrontamiento psicológico”. Durante muchos años hemos difundido el fenómeno de “comer por estrés” (ver video abajo), y en base a ese conocimiento era fácil anticipar que los desordenes alimentarios serían un tema emergente asociado a la pandemia. Como mencioné antes, el problema principal ahora es cómo podemos encontrar una solución cuando los sistema sanitarios y de protección social en Chile no disponen de un marco suficiente para abordar estos temas a nivel poblacional.

 

En una entrevista reciente se abordó el tema de la anorexia nerviosa y su aparición en adultos. ¿Es la anorexia en el adulto originada por factores específicos?

R: No se ha aislado una causa única y demostrada como origen de la anorexia nerviosa. En esta enfermedad psiquiátrica confluyen factores genéticos (con resultados heterogéneos también), factores neurobiológicos, psicológicos y culturales. Un componente importante de la vivencia de los pacientes con anorexia nervosa es el sentido de control, autonomía y diferenciación que logran al mantener el control sobre su peso, igualando la auto-estima al peso corporal. Este componente, que incluso se mantiene en los casos que los síntomas de anorexia remiten, parece ser una forma en que las personas que padecen la enfermedad lidian con las dificultades y situaciones adversas/difíciles de la vida. De esta manera, lo que cambia con la edad y con las diferentes formas en que se manifiesta esta enfermedad, no es el componente de afrontamiento con el estrés si no que las condiciones y situaciones que lo causan. Por ejemplo, una persona con anorexia en la adolescencia puede tener aumento de síntomas por desavenencias con sus padres, mientras que en la adultez esta misma persona ahora presenta síntomas por conflictos con sus compañeros de trabajo. Las dimensiones que inician los síntomas pueden variar, pero el mecanismo subyacente es el mismo.
Dicho esto, puedo comentar que en mi experiencia clínica las personas que desarrollan Anorexia después de los 30 años tienen experiencias traumáticas claramente identificables asociadas al inicio de la enfermedad, como rupturas amorosas (pérdidas emocionales intensas en general), situaciones de abuso y/o dificultades laborales o económicas severas.

 

En el contexto de pandemia ¿pudo haberse potenciado la anorexia en adultos, considerando que habían menos instancias sociales para comer?

R: El contexto de pandemia que ha incluido una serie de factores estresantes y de difícil control, son un marco que favorece la aparición de trastornos de la conducta alimentaria en general, incluyendo la anorexia, Bajo pandemia se han exacerbado multiples condiciones que pueden ser difícil de asimilar y sobrellevar, lo que en el contexto de pacientes con los factores predisponentes o incluso los con síntomas previos moderados, puede trasformarse en el debut de la enfermedad o en el empeoramiento de síntomas. El aislamiento, la incertidumbre económica, la falta de control sobre diversos aspectos de la vida diaria, etc., pueden ser contextos que activan el componente psicológico central de la anorexia (explicado arriba), generando la aparición o empeoramiento de los síntomas. En mi experiencia, ha habido un importante aumento de las consultas clínicas de pacientes con síntomas de desordenes alimentarios durante esta Pandemia, manteniendo eso si las proporciones habituales entre los diferentes tipos de trastornos alimentarios, donde la Anorexia sigue siendo el menos frecuente,

A continuación dejamos un video realizado por el Dr. Silva en Clínica Alemana donde se aborda el tema de “comer por estrés”