No era común escuchar tanto sobre la muerte hasta que llegó la pandemia del Covid-19. En este desafiante escenario, hemos tenido que enfrentarnos al cambio en la forma de dar el último adiós a los difuntos y vivir el duelo. 

Dos años de pandemia: varios tipos de vacunas desarrolladas con eficacia y más de 2,87 mil millones de personas completamente inmunizadas, lo que equivale a un 36,39% de la población mundial. Pero, aún con este alentador escenario, todavía no logramos determinar la fecha de defunción de esta crisis del Covid-19. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que muchas personas se sienten como al final de una guerra, o incluso al término de una revolución. 

Con el paso del tiempo hemos visto como las calles se están volviendo a llenar y las multitudes han comenzado a salir. De este modo, hay una recuperación colectiva, una necesidad de convivir con la familia, de volver a abrazar a las amigas y amigos e ir a trabajar de forma presencial. Pero al hacerlo nos hemos percatado de que muchas personas fueron víctimas de esta crisis sanitaria, que varios de los locales donde trabajamos ya no existen y que muchos cercanos decidieron migrar a otros lugares del país en búsqueda de nuevas oportunidades. En el fondo, en este punto de la historia podemos decir que “hay un antes y un después”. 

Todo ello teniendo en cuenta que en Chile el número total de fallecidos producto del Covid-19 trasciende a 41 mil. Esto significa que, tras esta dolorosa cifra, hay cientos de miles de personas que vivieron el duelo en una situación particular, y muchos de ellos y ellas en soledad, puesto que el año pasado la población no pudo realizar los ritos tradicionales por medidas sanitarias a nivel de gobierno. Actualmente esto se ha modificado, permitiendo un aforo mayor; sin embargo, a la fecha no existe la absoluta libertad para asistir, participar o realizar un funeral libremente. “Eso genera mucha ansiedad, miedo y más dolor, al imposibilitar una despedida sana”, dice Magdalena López, psicóloga experta en duelo y líder del programa Contigo en el Recuerdo de Cementerios Parque del Recuerdo. “La despedida cumple un factor importante en la contención emocional de los dolientes y el ver imposibilitada esa contención, hace que a las personas les cueste mucho más tomar conciencia de esta nueva realidad”.

El duelo es el resultado de una separación o un cambio significativo en la relación con algo o alguien con quien el individuo estuvo intensamente vinculado. Esto afecta en diferentes niveles: físico, emocional, intelectual, relacional, conductual y espiritual. Es una respuesta normal, no una enfermedad: es universal y es el costo de estar apegados a la vida (Payàs). 

Las condiciones vividas durante la pandemia del Coronavirus ayudan la aparición de duelos complejos, prolongados y traumáticos. Esta naturaleza tiene relación con la rapidez de la pérdida, la sorpresa, la incertidumbre, la sensación de impotencia, la falta de información, la soledad en el momento de la pérdida y la soledad posterior debida al distanciamiento social, y la imposibilidad de despedirse y llevar a cabo rituales que favorezcan la elaboración del duelo (Payàs, 2014)

La relevancia de las despedidas colectivas  

Para la experiencia del duelo: ¿por qué son importantes los ritos, como los funerales? Estos eventos, según Magdalena López, tienen una dimensión individual y social. En el ámbito personal, por ejemplo, este tipo de ritos simbolizan una forma de dar cierre a la relación que se establecía con el fallecido/a y, además, es el inicio de un nuevo nexo en donde se debe integrar a la persona desde otro ámbito, ya desde lo espiritual. En el ámbito comunitario, por otro lado, se puede afirmar que los funerales representan un contexto donde se recibe contención emocional. “Los rituales de despedida”, explica la psicóloga,  “confirman y validan en la mente de los supervivientes que el ser querido contribuyó en nuestras vidas con su presencia y su legado”.  En otras palabras, este tipo de eventos espirituales aportan a la toma de conciencia de que el dolor se está sintiendo de forma colectiva, es decir, que no se está solo frente a la pérdida. 

Otra arista relevante para los rituales de despedida es que sirven para que el resto de la comunidad se percate y genere estrategias de acompañamiento, según los estilos de afrontamiento de las personas que están viviendo la perdida. Por lo mismo, frente a este actual escenario producto de la pandemia, al no poder presenciar el impacto de la muerte de los familiares directos, se ejecutan menos acciones de cuidado y compañía en la etapa de duelo. “En este caso, debido a las circunstancias del COVID, lo más difícil ha sido dar a entender que cada muerte es significativa, que impacta a un gran número de personas y que, aunque sea algo común en lugares específicos de la población, no quiere decir que sea más fácil de vivir”, enfatiza la psicóloga de Cementerios Parque del Recuerdo. “Además, los dolientes de la pandemia, independiente de la causa de muerte, necesitan incluso de mayor acompañamiento, ya que se han visto mucho más perjudicados de tener que vivenciar un duelo en estas circunstancias.

Sugerencias para generar resiliencia en este contexto

En primer lugar, no existe una receta universal para sobrellevar el duelo en tiempos de pandemia. 

Sobre esto, Alba Payàs, directora del Instituto de Psicoterapia Integrativa Relacional (IPIR) en España, señala que es primordial concederse un tiempo y un espacio para conectar con el sufrimiento y lo sucedido, y recurrir a la red de apoyo para exteriorizar y compartir la pena, el enfado o la culpa.

Estar enfadado o desbordado es normal: “Todos los sentimientos son válidos, no hay plazos establecidos, y se debe aprender a respetar que no todos tienen los mismos estilos de afrontamiento”, añade Magdalena López. “Una persona significativa nunca se va de nuestras vidas; sin embargo, necesitamos comenzar a buscarla dentro nuestro, y para eso necesitamos tiempo, para repasar todo lo vivido y que la persona comience a ser parte de nuestra identidad”.

Asimismo, se pueden efectuar ritos sustitutorios de despedida, ritos necesarios en la intimidad del hogar, que pueden ayudar a cerrar esta etapa vital. Algunos de estos rituales pueden ser escribir una carta al fallecido, recolectar fotografías, elaborar una caja de recuerdos, conmemorar el difunto junto a familiares o crear una pieza artística.

¿Cambió nuestra actitud ante la muerte? 

Siempre la muerte ha estado presente en la vida cotidiana, pero hoy podemos decir que la pandemia no sólo cambio nuestra forma de vivir, sino también de morir. Desde esta razón, la pandemia ha provocado distintos duelos paralelos, no solo vinculados al deceso de un ser amado, sino también cómo vivimos y experimentamos la distancia con personas queridas o la pérdida de nuestro trabajo. 

Frente a este quiebre abrupto del día a día, se hace más relevante que nunca la salud mental y su importancia: se trata de una de las claves para sobrevivir a esta pandemia, imprescindible a la hora de sobrellevar —a corto, mediano y largo plazo— una potencial crisis en la provisión de servicios de salud, hasta ayudar a salvaguardar y reconstruir una sociedad post-pandémica.